domingo, 24 de agosto de 2008

Hojeando el fanzine

Hojeando el fanzine: Maria Padilla

Hojeando el fanzine: Chuso Ordi

Hojeando el fanzine: Toni Tena

Hojeando el fanzine: The Valls Brothers

Hojeando el fanzine

TRANSGENERACIONS

Encuentro de individualismos, confrontaciones con el contexto

 

            No he trabajado nunca desde la asunción, ignorante e injusta o oportunista y cobarde, de una jerarquía de las propuestas artísticas y de los artistas basada en su supuesta "pertenencia" a un grupo generacional. No sólo porque pienso desde una concepción del presente que se construye sobre -y gracias a- los sedimentos de la historia (el legado de unos esfuerzos personales y colectivos), sino porque creo (y he constatado) que la búsqueda y el trabajo del artista, cuando son exigentes, siempre poseen una forma de pertenencia propia. Es por esta razón que, lejos de cuotas absurdas o de prejuicios tronados asociados a los falsos prestigios de lo que es "joven" como de aquello que es "consolidado", es preferible optar por una mirada a las propuestas creativas en función de su misma coherencia i de su irreductible significado.

            De aquí el interés y la sintonía con los compañeros de Experimentem amb l'art en este proyecto propuesto por ellos y que llamé Transgeneracions. La idea consistía  en hacer un primer ensayo de cruces transversales entre generaciones, justamente para apreciar los puntos en común desde la diferencia. Dos exposiciones, con formato expandido, a pesar de la modestia de los medios, serían el escenario y se acompañarían de dos órganos de comunicación: uno actual y tecnológico, el blog, otro intencionadamente retro, este fanzine. A cada artista se le propuso que presentase un trabajo presente y procesual, pero también reservábamos un espacio documental dotado, no sin ironía, de una vitrina musealizadora y fetichista donde se mostraban trabajos retrospectivos de todos ellos, refiriéndonos así con piezas aclaradoras de sus trayectorias y a la idea de vestigio histórico.

            Como los transgénicos, las transgeneraciones abren una vía de creación impensable a partir del cruce del material conocido; a diferencia de los transgénicos, este proceso no está motivado por una voluntad de clonación crematística y venenosa, sino que huye del perverso buenismo de las soluciones globales y propone reinstaurar la validez y dignidad de los discursos individuales y alternativos, liberándolos de la tiranía mercantilista de la obsolescencia para centrar la atención en el interés y la legitimidad de cada visión sobre la realidad.

Ahora bien, el arte en general y el de nuestra contemporaneidad en particular tiene una función y una legitimidad contextual. De hecho, los Valls han topado con el contexto... El trabajo artístico se piensa en y para un lugar temporal, espacial, social o personal. Sólo cuando es así mantiene siempre su actualidad, aunque se sitúe en una línea temporal ajena al discurso dominante(dominado). Como el Angelus Novus de Klee tal como lo describió Benjamin, debemos seguir el impulso del tiempo, la onda expansiva del progreso que deja imponentes o ínfimas ruinas detrás de su paso. Pero esta dialéctica la establece cada uno creando su propio contexto, encontrando su adversario.

            De qué modo se relacionan diferentes individualidades, surgidas de diferentes historias personales y genealogías creativas, con su realidad? Cómo la comunican y cómo se enfrentan a ella? Uno de los leitmotiv de la propuesta de Transgeneracions, paralela a la combinatoria generacional, ha sido el de la respuesta a la precariedad, la elaboración de discurso a partir de cierta marginalidad, desde la fragilidad de aquel que no ha entrado en algunos de los circuitos institucionales o comerciales establecidos, como es el caso quien acaba de empezar, como María Padilla, desde la proximidad con las prácticas y modos del diseño gráfico, como la generación que está ahora en la treintena, como Toni Tena y Chuso Ordi, o desde la irreductible radicalidad cercana al underground de los Valls Brothers. Sus estrategias, aunque diversas, tienen un punto en común: la autoedición, uno de los recursos de difusión constantes en la vanguardia, si bien a veces subterráneo, y que en los últimos años ha provocado renovado interés.

 

            A partir del formato de doble exposición propuesto por Experimentem, estructuramos las relaciones en dos parejas muy contrastadas, pero que podían compartir alguna base poética: María Padilla y Chuso Ordi parecen optar por una exploración íntima y emocional, Toni Tena y The Valls Brothers apuestan por la vehemencia crítica.

            Con Evohé, María Padilla presentaba un episodio más de este universo fantástico de Lili-Put del que va exhumando arqueológicamente una existencia virtual. Se trata de poner en circulación un universo imaginario, cargado de connotaciones nostálgicas, y hasta infantiles, en el mundo real. Pero su dulzura es sólo aparente, ya que surge él a menudo la presencia velada de la amenaza y la perversión de las luchas de poder que dirigen la economía y la política. María Padilla, que tiene poco más de veinte años, se construye un falso pasado y, al mismo tiempo, parece querer perpetuar el mundo de las fantasías juveniles i enfrentarlas a un mundo que las devorará. En Evohé mostraba la producción vinícola de Lili-Put, con una muestra de sus botellas y unas postales promocionales. Era también la ocasión de reivindicar un dionisismo liberador que podría triunfar en su incorporación al mundo adulto.

            El blog de Chuso Ordi, Final de jornada, utiliza un procedimiento inverso: parte de la experiencia real (urbana) y la introduce en un relato imaginario. Con la forma de una historia abierta que va apareciendo por entregas y donde imagen y texto literario se van trenzando mutuamente con las aportaciones de los visitantes, Chuso Ordi establece una mitología personal pero participativa al mismo tiempo. Las retroproyecciones en las ventanas de E-Art, Ojo de árbol, manifestaban esta fusión de la narración fragmentaria en el espacio de la calle, ocupando la realidad con su saturación simbólica y emocional. Afectos y deseos dominan las narraciones de Chuso Ordi, articuladas a través del arquetipo del déja vu. Transfiguran y se apropian del ámbito público, que se convierte el lugar del intercambio personal y la rebelión poética, como sucedía en Nadja de André Breton.

            Toni Tena (que ha diseñado nuestro logotipo) también ha recorrido las calles buscando textos significativos. Recolector de huellas de la expresión individual y colectiva (los graffiti), actúa como un etnógrafo o como un flâneur baudeleriano. Le interesa detectar y poner en evidencia, gracias a su rediseño y nueva distribución, los valores perversos de ciertas consignas que puntúan el espacio público. Así, delante del peligro de una complacencia en el carácter festivo de ciertos proyectos asociados al mundo del pop y de los tópicos ligados a la juventud, Tena, que está trabajando sobre el tema de las prohibiciones, nos ha obsequiado con una advertencia-trouvée: "Prohibido cantar en este establecimiento" y nos coloca delante de la disyuntiva de reír o de la reacción crítica.

            Jordi Valls, el alma máter musical y conceptual de Vagina Dentata Organ, acompañado del trabajo gráfico y conceptual de Marc Valls, representaba, dentro de Trangeneracions, a una generación hecha en la militancia experimental y underground, cercana al punk en la actitud provocadora y airada pero ligada a ejercicios radicales y extremos en la exploración sonora y expresiva, compartidas en las colaboraciones desde el principio de los ochenta con Whitehouse, Psychic TV, Throbbing Gristle y Genesis P. Orridge. Vagina Dentata Organ se ha convertido en un sello de culto por parte de los seguidores de estas vías artísticas y musicales/sonoras que flirtean con la noción de límite y la trasgresión: de culto y de reverencia, como sus discos fetiche para coleccionistas, con constantes alusiones necrofílicas y rituales, pensados para ser contemplados como reliquias mas que para ser escuchados.

            La propuesta de los Valls para Transgeneracions ha puesto en evidencia una situación conflictiva y compleja. Encontrareis su descripción en este fanzine. Se trataba de una instalación en la que se utilizaba explícitamente toda una serie de referentes religiosos -católicos- que eran expuestos de manera pretendidamente escandalosa. Para aquel que la estudiase con atención i conociese la trayectoria poética de los Valls, había aquí una dimensión religiosa muy profunda e interesante. Obviamente, el primer nivel era el del choque producido por la irreverencia y el ataque frontal a ciertos estamentos de la iglesia de larga tradición en aquella España negra que algunos parece que aún añoran (la pieza incluía las emisiones de una radio paradigmática de esta persistencia). Pero había también otro nivel de lectura más sutil, que enlazaba con la tradición barroca de los memento mori, y muy particularmente, parecía remitir a las famosas pinturas de Valdés Leal al Hospital de la Caridad de Sevilla. En su violencia, los Valls actúan en la línea de la ilustración radical del marqués de Sade, pero también en la búsqueda de la verdadera dimensión sagrada tal como la explora Georges Bataille. Cómo funciona la imagen religiosa, cuál es su papel en la sacralización del arte, cómo actúan y cómo se pueden distinguir o confundir el acto liberador y el vandalismo, son cuestiones que Roger Sansi, profesor de Antropología cultural en la Goldsmith School de Londres, tocó en la conferencia inaugural a E-art y que generó un largo debate con participaciones interesantes y polémicas como las de Manuel Delgado.

            Pero las múltiples dimensiones de este proyecto no se han podido exponer como los Valls hubiesen querido, aunque de hecho, han aparecido otras que, por lo menos para los protagonistas y los que han seguido de cerca Transgeneracions, han tenido un valor altamente pedagógico.

 

            El caso es que las circunstancias particulares del alquiler de los locales de Experimentem amb l'Art se revelaron incompatibles con la más que probable recepción simplista de la obra de los Valls. Sencillamente el precio a pagar era demasiado alto y se tuvo que plantear la autocensura. En frente la situación planteada, se hizo una reunión a tres bandas. Por mi parte, como comisario, asumí plenamente desde mi responsabilidad las posiciones de Experimentem amb l'Art. Sugerí entonces redireccionar el proyecto hacia una manifestación explícita de la censura que todos, en aquella reunión y después de un largo debate, asumimos. Creo que es necesario valorar en su justa medida la actitud valiente y rigurosa de Experimentem de no esconder la opción de la censa y querer integrarla al debate y hacerla pública y que, para mí, confirma una trayectoria éticamente impecable. Otras instituciones más grandes se arrodillan de manera más sutil y sibilina a criterios externos. Pero es cierto que la situación no es la deseable y que pone en evidencia las limitaciones a las que puede estar sujeto el arte contemporáneo. En este sentido, la acción de los Valls Brothers ha puesto en evidencia, de manera legítima y contundente, aquello que tiene de fundamentalmente perverso toda forma de censura, incluida la se puede hacer desde la honestidad.

 

            Transgeneracions ha sido un ensayo, un encuentro, un conflicto y ahora un fanzine. Es un proyecto que hallará su sentido en la continuidad. Aquí se han manifestado complicidades y limitaciones, estímulos y contradicciones. Lo mejor del arte contemporáneo se encuentra a menudo en aquello que no funciona, en aquello que evidencia la crisis, la contradicción, que nos empuja a avanzar, en aquello que nos hace individuos autónomos capaces de enfrentarnos a la realidad y ofrecer alguna vía para su transformación y su asimilación productiva.

 

Àlex Mitrani